Como
decía una famosa canción de Tammy Wynette en los años 60: "A veces, es
difícil ser mujer" (Sometimes it's hard to be a woman).
Como
si cargar con el peso del proceso reproductivo no fuera lo suficientemente
duro, la naturaleza les jugó una gran broma: hizo que necesiten a los hombres
para completar la tarea y les dio un tiempo limitado para procrear.
Tal
vez sería más sencillo si las mujeres pudieran hacerlo solas. Después de todo,
no todos los animales están obsesionados con el sexo.
Según
un informe de New Scientist publicado a principios de este mes, los nacimientos
virginales son comunes en la naturaleza. Las hembras de muchos animales
complejos y de gran tamaño, como los lagartos y los tiburones, pueden
reproducirse sin los machos. Este proceso se llama partenogénesis y apenas
ahora nos estamos damos cuenta de la frecuencia con que ocurre en otras
especies.
¿Podrían
los humanos aprender este truco biológico y permitirle a las mujeres
embarazarse a voluntad sin que los hombres se entrometan?
Es
cosa sabida que si desean concebir, las mujeres necesitan, como mínimo, de
esperma. Sin embargo, no hay razón por la cual ese esperma tenga que provenir
de un hombre.
Hace
10 años, investigadores japoneses crearon una rata que tenía dos madres y
ningún padre. La llamaron Kaguya, en honor la mítica princesa de la Luna que
nació de una caña de bambú. Fue producida en un laboratorio combinando material
genético de dos hembras.
Con
un poco de ayuda, las células madre de un donante femenino pueden transformarse
en espermatozoides, algo que jamás ocurriría bajo condiciones normales. Por lo
tanto, sería posible gestar un niño con dos madres si cada una aportara la
mitad del material genético.
Obviamente esto no es
tan sencillo, le dice
a la BBC Allan Pacey, un biólogo reproductivo de la University of Sheffield.
"Podemos crear algo que se ve como un espermatozoide en el microscopio,
pero es muy difícil saber si está programado genéticamente como tal",
explica.
"No
sé si existe otra forma de averiguarlo que no sea usar dicho espermatozoide y
ver si el bebé se desarrolla con normalidad. Esto puede hacerse en ratas, pero
hacerlo en humanos implicaría potencialmente dar un paso muy grande",
añade.
EMBARAZO A SOLAS
Incluso
si los investigadores lograran eliminar ese obstáculo, las mujeres aún
necesitarían de una segunda persona. ¿Qué pasaría si no fuera así?
En
la naturaleza, la mayoría de las hembras recurren a la partenogénesis sólo cuando es
estrictamente necesario: generalmente, esto ocurre cuando están
aisladas de los machos.
Por
ejemplo, si varias hembras de dragones de Komodo terminan en una isla desierta,
pueden dar a luz machos y comenzar una nueva colonia. De forma similar, la
partenogénesis en los tiburones se puso de manifiesto luego de que varias
hembras quedaran inexplicablemente embarazadas estando solas y encerradas en
acuarios.
Sin
embargo, esto sólo se da en situaciones difíciles para los animales. "La mayoría de los grandes animales
no se reproduce asexualmente porque esto carece de interés evolutivo",
comenta Pacey. "Pierden la
diversidad genética que ayuda a mantener saludable a la población",
explica.
En
teoría, sería posible producir un niño con el material genético de una sola
mujer en el laboratorio. Sin embargo, el costo sería un alarmante embotellamiento genético.
Al existir una diversidad genética muy limitada, aumentaría el riesgo de
defectos congénitos, malformaciones, taras y otras enfermedades.
Tomemos
como ejemplo a las familias reales europeas, las cuales estaban casi todas
emparentadas de una forma u otra. Una deformidad llamada prognatismo, la cual
causa que la mandíbula inferior sobresalga, era tan común entre la nobleza
europea que le decían "labio de Habsburgo". El pobre príncipe Carlos
II de España tenía la mandíbula tan prominente que le dificultaba comer.
Carlos II de
España: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_II_de_Espa%C3%B1a
En una población normal, está malformación
desaparecería, pero en el pequeño mundo de la nobleza europea, emergió una y
otra vez.
BOMBA DE TIEMPO GENÉTICA
Así como la endogamia reduce la
diversidad genética de una población, la autofertilización puede reducir la
diversidad genética de sus hijos.
Si
usted decide reproducirse por su cuenta, su niño tendrá un solo progenitor y,
por lo tanto, la mitad de la información y la diversidad genética de un niño
normal.
Cada
generación siguiente de padres solitarios seguiría esta tendencia, aumentando
el riesgo de que surjan defectos genéticos subyacentes. Su descendencia podría terminar sufriendo un
colapso de su diversidad genética mucho mayor que el de cualquiera de las
familias reales europeas.
"No es un buen
camino a seguir",
dice Pacey. "Es aconsejable sólo hacerlo por una o dos generaciones".
Así
las cosas, si una mujer realmente quisiera renunciar a la reproducción sexual,
sería prudente que guardara algo de su material genético, una especie de copia
"maestra" que sus descendientes pudieran usar para reemplazar la
pérdida de diversidad en las siguientes generaciones. Aunque esto daría origen
a un árbol genealógico verdaderamente confuso.
Desafortunadamente,
este truco sólo retrasaría lo inevitable. Si usted se casa con la idea de
embarazos exclusivamente virginales, sus
niños no serán más que un eco evanescente de usted mismo.
NOTA DE LA REDACCIÓN:
Esta noticia debio gustar a los
seguidores del movimiento LGTB, pero como vimos aunque fuera posible, es
peligroso, anti natural y tendremos medio
humanos retrasados y enfermos y que muy
probable a futuro será la misma la
naturaleza que se encargue de desecharlos como material basura.