Curiosamente,
ese es el eslogan que eligieron sus fabricantes para comercializarla: "Es
mucho más que una muñeca que habla o una aplicación", señalan en su sitio
web.
Su nombre completo es My Friend Cayla ("mi amiga
Cayla") y es capaz de responder a preguntas y entablar una conversación
-en inglés o en español- sobre todo tipo de temas, desde geografía hasta
naturaleza, familia o matemáticas.
"¡Es como una amiga de verdad! ¡Te hablará de
casi todo! También puede contarte historias o jugar
contigo a juegos tan populares como el tres en raya", aseguran sus
creadores, la compañía estadounidense de juguetes interactivos Genesis Toys.
"Si hablas con ella te responde. Es
increíble todo lo que sabe", anuncian. Y se jactan de que su popular
muñeca tenga "más
de un millón de fanáticos en todo el mundo".
Pero asociaciones de defensa de los
consumidores se han mostrado preocupadas ante lo que consideran una invasión de la privacidad de los niños y
una "amenaza a su seguridad".
¿En
qué basan sus argumentos y qué dicen los fabricantes al respecto?
"Vigilancia continua"
El Centro de información sobre la Privacidad
Electrónica de EE.UU. (EPIC, por sus siglas e inglés), la Campaña por una
Infancia Libre de Comerciales (CCFC), el Centro para la Democracia Digital y la
Unión de Consumidores presentaron una queja el 6 de diciembre
dirigida a Genesis Toys y a Nuance Communications, la firma
especializada en reconocimiento de voz -con clientes militares y de
inteligencia- que proporcionó el software para las aplicaciones de dos de sus
juguetes.
Les acusan de grabar conversaciones a
través de las muñecas Cayla y los robots iQue, y de almacenar la
información de forma injustificada.
La queja,
que fue presentada ante la Comisión Federal de Comercio, pide que se abra una
investigación.
"Esta queja es sobre juguetes
que espían. Por su propósito y diseño, estos juguetes graban y almacenan conversaciones privadas de los
niños sin limitaciones en su colección, uso o divulgación", indica el
texto.
"Estos juguetes someten a los niños a una vigilancia continua y no están sujetos a normas algunas
de protección de datos", se explica.
Tanto
el robot inteligente i-Que como la muñeca Cayla requieren de una aplicación
móvil para su uso.
El problema del robot, según los especialistas,
es que solicita el acceso
a la cámara del dispositivo, lo cual es "innecesario para
su funcionamiento". Este juguete está programado para explicar datos
científicos, gastar bromas y hacer efectos sonoros.
La polémica Barbie a la que acusan de espiar a los niño
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/12/151215_finde_tecnologia_barbie_interactiva_habla_polemica_espia_ninos_lv
En
cuanto a la muñeca, los organismos aseguran que contiene un micrófono que
funciona con tecnología Bluetooth y un altavoz. A través de la aplicación,
Cayla procesa datos para poder "comunicarse" con los niños,
capturando sus conversaciones privadas.
De esa manera, esas aplicaciones convierten las frases en
textos para obtener respuestas usando Google Search y Wikipedia,
entre otras plataformas digitales.
Ambos juguetes "animan a los niños a tener conversaciones abiertas con ellos, como si estuvieran hablando
con un amigo", señalan.
¿Dónde
vives? ¿Cómo se llama tu mamá?
La aplicación de My Friend Cayla incluye
una sección titulada "información sobre el niño", la cual invita a
los niños a completar las siguientes frases:
§ Mi nombre es . . .
§ El nombre de mi mamá es . . .
§ El nombre de mi papá es . . .
§ Mi programa de televisión favorito es .
. .
§ Mi comida favorita es . . .
§ Voy a la escuela en . . .
§ Mi princesa favorita es . . .
§ Mi juguete favorito es . . .
§ El lugar en el que vivo se llama . . .
Además,
les pide a los pequeños que introduzcan su localización. Y almacena direcciones
IP.
"Es una muñeca interactiva y usa internet para
responder preguntas y jugar con los niños", le dijo a la BBC Ken Munro, especialista en seguridad de Pen
Test Partners, un organismo británico que ejecuta pruebas relativas a la
seguridad de los productos y que analizó este caso.
Munro
descubrió una vulnerabilidad en el sistema tecnológico que usaron los
fabricantes de Cayla. Y dice que esa falla le permite ser hackeada.
"Padres, asegúrense de desconectar la
muñeca cuando no la estén usando y de que el teléfono móvil o
la tableta que utilizan esté protegido con código PIN, que sea seguro y esté
actualizado", aconsejó Munro en una entrevista con la BBC en enero 2015.
En ese
momento, los fabricantes respondieron diciendo que se trataba de un caso
aislado.
Pero
ahora la polémica ha crecido y la situación se complica por momentos, tanto
para la empresa de juguetes como para los desarrolladores del software.
Acusaciones cruzadas
Genesis
Toys fue contactada por la BBC, pero rechazó hacer comentarios al respecto por
el momento.
La
compañía de software Nuance Communications respondió a las críticas y aseguró
que se toma muy en serio la cuestión de la privacidad.
"No
compartimos datos de voz por cuenta de ninguno de nuestros clientes", dijo Richard Mack,
vicepresidente de marketing de la compañía.
Sin
embargo, la Asociación Europea de Defensa de los Consumidores (BEUC, por sus
siglas en francés) acusó a la empresa de juguetes de transferir las
conversaciones a la compañía Nuance Communications.
Y
esto no es todo.
El
mundo Disney
El Consejo de Consumidores de Noruega evaluó
los juguetes y encontró problemas relacionados con supuestas irregularidades publicitarias.
"Es bastante inquietante porque la
compañía se reserva el derecho a dirigir
el marketing hacia los niños", dijo Finn Myrstad, director
técnico de servicios digitales en la institución noruega.
Las asociaciones estadounidenses mencionan este
asunto en su carta: "Cayla está programada con docenas de frases que hacen referencia a
Disney World y a las películas de Disney. Por ejemplo, les dice
a los niños que su película favorita es 'La Sirenita' y que su canción
preferida es Let it Go", de
la película de Disney Frozen.
"También
les dice que le encanta Disneylandia y que quiere ir a Epcot, (un parque
temático) en Disney World". Y agrega: "Es difícil que lo niños puedan
reconocer este emplazamiento publicitario".
Por otra parte, según Myrstad, tanto las
muñecas como los robots iQue permiten establecer conexiones Bluetooth no autorizadas desde
cualquier teléfono o tableta en una distancia de unos 15 metros.
Además, los fabricantes pueden cambiar los
términos y condiciones en cualquier lo momento "lo cual es
preocupante, pues estamos hablando de grabaciones de voces de niños", le
dijo Myrstad a la BBC.
Rik
Fergurson, un especialista de la firma de seguridad estadounidense Trend Micro,
dice que "lo más irregular es cómo los datos se coleccionan, guardan y
comparten".
"Los
padres no tienen conocimiento alguno sobre los datos que se almacenan o sobre
cómo podrían usarse en el futuro".